miércoles, 2 de septiembre de 2009

Persiguiendo a un hombre con una semilla


Salí a las 8.30 a.m., el sol cantaba como un gallo de oro y decidí caminar. Llevaba pocas cuadras cuando un imbécil detuvo el alegre vaivén de mis brazos tocándome una mano al cruzar junto a mí. No sé si les ha pasado, que un mentecato sin suerte hace el ademán de estrecharles la mano al paso suavemente. Es desagradable. Como tenía tiempo y estaba de buen humor decidí vengarme. Después de decirle: “imbécil!”, di media vuelta, barrí rápidamente con la mirada los jardines aledaños y recogí una gran semilla. Parecía una nuez. Empecé a seguirlo por Petit thouars, él cruzó la pista y aceleró el paso, yo aceleré aún más. Qué reconfortante adrenalina se desató en mí al comprobar cómo aquel señor se llenaba de nervios y susto camino a su centro de labores al ser perseguido por una chica con un vestido hawaiano y chancabuques ochenteros. Cuando estuve tan cerca que era imposible fallar disparé la semilla hacia su cráneo con gran potencia y fallé! ¿Pueden creerlo? Igual él se agachó. Di por zanjado el asunto y proseguí mi camino. Comprobé aliviada que mi bicicleta continuaba donde la había dejado encadenada toda la noche. Me disculpé con ella y juntas fuimos dando botes por las pistas arruinadas hasta el malecón, el mejor lugar para comenzar un día de verano. La gente corría y una mujer leía un libro de cubierta roja sentada en una banca cerca al faro. Me detuve y le pregunté qué estaba leyendo. Me invitó a tomar asiento y me habló de Bahá ú `lláh, maestro persa fundador de la Fe Bahá'í. Dijo que el ser humano es actualmente 10% divino. Del porcentaje restante me referí al inicio.


publicado el martes 7 de abril de 2009 en perú21

1 comentario:

Rafael Arévalo dijo...

Si pues, sorprende q hayas fallado, pero aún así considero q tienes una excelente puntería para todo lo demás.