domingo, 15 de noviembre de 2009

El Club Silencio


Escuché un chiste esta tarde en la radio de un taxi: ¿Cuál es el colmo de un sordo? -Que en su velorio se haga un minuto de silencio. Hice un minuto de silencio por el chiste y me quedé pensando que a veces es mejor dejar que otro hable, o que otro haga silencio. Y la unión de estos opuestos puede ser echarse a leer. Alguien habla en silencio y lo escuchas atento. David Lynch busca sumergirnos con su libro “Catching the big fish. Meditation, consciousness and creativity”. El genial cineasta nos introduce a la meditación y a su propia vida (inseparables desde que vibran en el Campo unificado) con una sencilla parábola: “Las ideas son como peces. Si quieres atrapar un pez chico, puedes quedarte en la superficie del agua. Pero si quieres coger al pez grande debes ir más profundo.”
Los fans del director de Mulholland drive y Eraserhead*, que adquieran este libro buscando pistas para desentrañar sus films más crípticos hallarán que la única recomendación (y única explicación) que comparte es la Meditación trascendental. Meditar como un medio para expandir la conciencia, relajarte y aceptar al azar como un cómplice más en el desarrollo de tus proyectos. Cuando la racionalidad cede paso a la intuición puedes leer sus películas como la mirada de alguien que te observa desde el otro extremo, en la misma habitación. Las obras de Lynch, en su mayoría, son como rompecabezas cuyas partes no forman una sola imagen, pero encajan perfectamente. Se lo percibe pleno y feliz porque nunca se ha limitado al inicio, nudo y desenlace. Apuesta por lo ilimitado, vive de sus sueños y los comparte. Termina deseando paz y reconforta, no aspira a reina de belleza.


publicado en perú21 el martes 13 de octubre de 2009
* Eraserhead era la película favorita de Stanley Kubrick

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Visitando la municipalidad

Involuntariamente sabios Los adolescentes cantaban: En la vida pasan cosas que uno nunca las entiende. Este axioma resulta preciso al referirnos a ciertas medidas municipales. Hace unos días una amiga editora me contó apenada que la Feria del libro Ricardo Palma no se realizará este año en el parque Kennedy como de costumbre, por la negativa de la comuna de Miraflores a ceder el área, por motivos “urbanísticos y ambientales”. La Cámara peruana del libro ha apelado sin éxito a esta decisión, temiendo que afecte la asistencia al tradicional evento, que cada año se beneficia del alto tránsito e inmejorable ubicación del parque.
Guiada por la curiosidad y ejerciendo mi derecho ciudadano me apersoné a la municipalidad de Miraflores. Me remitieron a la oficina de Relaciones públicas. A la pregunta ¿Por qué ya no se realizará la Feria en el Parque Kennedy? La respuesta fue: Porque ahora será en el Vértice del Museo de la Nación. A la repregunta: ¿Pero por qué se muda al Vértice? La respuesta fue: Porque la Cámara del libro no aceptó la alternativa de montarla en el Estadio Manuel Bonilla. Afinando el tono de “descubriendo el mundo” que adopto instantáneamente al relacionarme con instituciones burocráticas osé reformular mi consulta. Un segundo funcionario intervino entonces defendiendo el concepto de Parque público como lugar de paseo y recreo para vecinos, visitantes, niños y ancianos. La Feria del Libro, acorde con esta visión, perturba la tranquilidad y el ornato.
Los que entendemos los espacios públicos como escenarios ideales para el intercambio cultural y construcción de identidad en comunidad tenemos más preguntas.



publicado en perú21 el martes 6 de octubre de 2009

lunes, 2 de noviembre de 2009

Sobremesa de letras



En la sobremesa de la experiencia rosarina y contemplando las nubes del regreso pensaba que un festival o encuentro internacional es, visto desde adentro, como un reality show: qué pasa cuando un grupo de extraños provenientes de distintos lugares y culturas convive de pronto con intensidad. Además de acudir a actividades públicas, desayunar, almorzar y cenar juntos, chocolateados siempre de modo que el azar de la silla vacía te invita a departir con todos, con dispar suerte cada vez. Ejercitas entonces tus volubles habilidades de socialización, tomando en cuenta que -como dijo mi abuelita- representas a tu país. Es un honor resultar encantadora bajo esa premisa, aunque a veces no conectes y te concentres en el plato principal (una opción vegetariana te hace algo marciana en Argentina). Es recomendable no emplear la expresión “qué paja”.
Sin embargo tu tenue grado de ocasional marginalidad es una broma comparado con el de aquellos que no entienden nada, los algoparlantes que pasan la velada siguiendo la charla con la mirada, como a un partido de pinpon en chino, a menos que algún cortés les hable en inglés. El traductor es el proceso de revelado tras el cual emergen las imágenes de los poemas recitados. Así sucedió con Tomi Kontio, finlandés de ojos aguileños y lectura parsimoniosa, destacado autor de versos (sensibles como la luz de la mañana), novelas y cuentos para niños, que tuvimos el placer de comprender.
Kurt de Boodt fue otro caso, un belga divertido y dadá que habla el idioma de los peces y cumplió años en plena lectura. Prueba de que para entendernos tan importante es la atención como la imaginación.








publicado el martes 29 de setiembre en perú21