domingo, 13 de septiembre de 2009

Hablemos de cine

A veces parece que el cine no transcurre en las modernas salas de los multicines, llenas de canchita salada y comerciales de coca cola, donde es común escuchar, en plena proyección, a una persona contándole por celular a otra que está en el cine.
Me permito arremeter nuevamente contra la cartelera local para abrazar las pequeñas iniciativas románticas que semana a semana calibran sus proyectores y desempolvan clásicos y experimentos nunca antes vistos a través de un haz de luz. Los lunes Mario pasa temerarios e inspirados ciclos en un aula de la Universidad Cayetano Heredia. La universidad César Vallejo presenta Ver o no ver, alumnos de la Católica, San Marcos, la U de Lima, el Centro de la imagen, entre otros, proyectan buen cine. ¿De qué otra forma podríamos presenciar el extraño fenómeno llamado el Rayo verde y saber que hemos encontrado el amor, o tratar de entender los créditos finales del último sueño de David Lynch?
Es difícil condenar al “inteligente de tu padre” cuando las distribuidoras nos obligan a elegir entre los piratas y Piratas del Caribe 4, y silenciosamente el Pasaje 18 se convierte en la vía subterránea más amada de Lima, maravilla admirada por los forasteros.
Mientras tanto la sacrificada comunidad peruana de cineastas se divide frente a dos proyectos de Ley de fomento al cine propuestos por distintas bancadas. Hasta el momento el congreso parece inclinarse por una que resultaría más beneficiosa para los distribuidores y exhibidores que para los productores y cineastas. En estas circunstancias suenan razonables las voces que sugieren una asamblea pública para que todas las partes involucradas tomen parte de esta decisión, crucial para un cine que empieza a ganar reconocimientos.


publicado el martes 30 de junio de 2009 en perú21

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